sábado, 28 de diciembre de 2013

Pobreza...

Hay miles de personas que mueren de hambre cada día, los vemos morir y sin embargo, muy pocas personas ponemos de nuestra parte para que esa cantidad de niños disminuya.

Nos cuesta ponernos en la piel de aquellas personas que no tienen ropa, que no tienen comida, que no tienen dinero, que no tienen nada. 
Si pudiéramos sentir por un momento lo que ellos sienten en su vida diaria… nos serviría para recapacitar y  poner un poco de nuestra parte para ayudar a aquellas personas que lo necesitan.

 Muchas veces nos quejamos de lo que no tenemos pero… ¿Y aquellas personas que no tienen nada? En eso es en lo que deberíamos de pensar a la hora de quejarnos.

Hay muchos niños que tienen juguetes que ya no les sirven o bien porque se han cansado de jugar con ellos o porque se le ha roto alguna pieza o lo que sea y esos juguetes los tienen tirados en el desván por si alguna vez los quieren volver a coger cuando todos sabemos que eso no va a ocurrir porque tendrán otros juguetes nuevos y ya se olvidarán de los viejos… 
¿Por qué no dárselos a aquellas personas que no tienen nada para que por lo menos disfruten algo? ¿No nos damos cuenta de que con un simple juguete que les demos, los podemos hacer felices?

Igual pasa con la ropa, tenemos muchísima ropa en el armario. Ropa, que probablemente ya no nos la volvamos a poner más porque ha pasado de moda o porque nos queda pequeña y en vez de dárselas a los que la necesitan, la tiramos o las dejamos en el armario sin darle ninguna utilidad.
Tal vez debiéramos pensar un poco más en aquellos que necesitan ayuda para sobrevivir y debiéramos dársela.

Puede que haya personas que en la recolecta de comida no participe por miedo de que esa comida o dinero no llegue a manos de los que la necesitan. Piensan que habrá personas que se quedarán con el beneficio y eso supondrá una pérdida para nosotros asi que puede que a veces no nos arriesguemos por miedo a eso.

Claro está que esto no depende de una o dos personas, depende de todos nosotros. 
Gracias a nosotros, la vida de muchas personas podrían mejorar al menos un poco y tampoco es que nos vaya a suponer a nosotros un gran esfuerzo el echar una mano.
 No es que no nos lo podamos permitir, no nos cuesta el ayudar un poco para poder hacer con nuestros actos un mundo mejor.



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