Se sentían felices porque al día siguiente irían a algún sitio
donde se lo pasarían bien.
Ahora te das cuenta de que hay muy pocas cosas que te
ilusionan. Y es que siempre que te haces ilusiones por algo, por ejemplo si
piensas que un día va a ser especial y te lo imaginas como algo genial, luego
te das cuenta de que en realidad no ha sido ni la mitad de lo que te esperabas
y ha sido aburrido entonces, te
decepcionas y empiezas a perder la ilusión por las cosas.
Te das cuenta, de que ya nada es como antes, que ya no eres
aquella niña que tenía ilusión, que se sentía con ganas de comerse el mundo,
aquella mirada inocente que se perdía en un mundo lleno de ilusiones, no, todo
eso ya pertenece al pasado.
Ahora te das cuenta de lo mucho que has cambiado, es como si
en realidad fueras otra persona, otra mente. La verdad es que hemos madurado,
eso ha podido afectar en nuestra ilusión y también miramos el mundo con ojos
diferentes a como lo veíamos antes.
Nos damos cuenta de que no vivimos en un
mundo de rosas donde todo el mundo es feliz. Deberíamos de sentirnos
afortunados por tener una familia, gente que nos quiere, dinero… pero a veces
somos muy poco agradecidos y no valoramos lo que tenemos.
Muy pocas cosas nos ilusionan ya, tal vez nos ilusione lo
nuevo, si apreciamos algo que siempre hacemos puede que nos llegue a cansar y
acabemos perdiendo la ilusión por ello, pero siempre hay personas que por mucho
que hayamos estado con ellas, nos sorprenden con algo nuevo porque son personas
con corazón, que saben lo que necesitamos al fin y al cabo… personas que
merecen la pena, personas maravillosas y la verdad no sé si quedarán muchas más
así.
Eso es lo que me hace feliz y me ilusiona, el ver a personas que siguen a
mi lado aun habiéndome conocido y que no se han ido aún.
No es que hayamos perdido la ilusión por todo, pero por
algunas cosas sí, supongo que dentro de lo que cabe es algo normal y que no nos
deba de preocupar porque todavía nos queda algo aunque no sea mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario