¿En serio quería yo
perderme esto? Con el tiempo puede que llegue a descubrir de una vez lo bello
que es vivir porque de hecho ya lo estoy haciendo, gracias a personas que me
ayudan a ver lo positivo de las cosas y me han hecho sentir importante a lo
largo de la vida.
Es verdad que también
hay gilipollas, pero qué se le va a hacer, no todo puede ser bueno en la vida,
pero si no existieran personas así, ¿Cómo íbamos a aprender? ¿Cómo íbamos a
saber valernos por nosotros mismos?
Puede que gente así haga más interesante
nuestra vida, aprendemos a defendernos, luchamos por no quedar por debajo de
los demás. Mientras tanto esas personas no se pueden imaginar lo tontos que
pueden llegar a ser, gente sin personalidad, se creen superiores cuando en
realidad no lo son, simplemente tienen miedo de ser rechazados por la sociedad,
por sus amigos y por eso se pasan al lado “oscuro”.
Pero también hay personas
que saben valerse por sí mismas y saben qué es lo correcto, pobres falsos,
están tan confundidos, pero con el tiempo se irán dando cuenta de lo que hicieron.
Ser feliz es una de
las cosas más maravillosas que existe en el mundo pero para ser felices antes
hemos debido de pasar por malos momentos porque si no, no conoceríamos la
auténtica felicidad porque no hubiéramos sabido lo que hubiera sido pasarlo
mal.
A veces es necesario estar mal, para aprender, para luchar, para
reflexionar y para poder en un futuro sentirnos felices. Claro está que para
que eso pase, necesitamos a personas que estén ahí en nuestros momentos de
bajón para ayudarnos si no, puede que lleguemos a caer.
Si algo he aprendido
en esta vida, ha sido que hay que luchar por lo que queremos, luchar por
nuestros sueños y no rendirnos porque tarde o temprano se harán realidad, al
menos así me ha pasado a mí.
Pasar de ser una niña
infeliz, sin alma, sin vida, muerta por dentro a ser como soy ahora, una niña
feliz, sonriéndole a la vida, con ganas de seguir adelante, he cambiado tanto…
y gracias a personas que me han ayudado a salir de ese infierno.
Supongo que solo hay
que tener paciencia y esperanza, a veces parece agotarse pero siempre nos queda
algo si no, personas ya no seguirían aquí ¿no?
No queremos morir sin
ver antes una sonrisa dibujada en nuestro rostro, una sonrisa de verdad, feliz,
iluminada, viva…
Ahora te das cuenta
de lo ciega que estuviste, el triste pasado te impedía ver lo que podrías
llegar a ser en un futuro, hasta que ya no aguanté más y decidí quitarme la
venda, porque no quería seguir siendo esa niña débil, esa niña muerta, sí lo
hice.
Las cosas cambian en
tan poco tiempo… pero mientras tanto debes esperar y a veces crees que no llega
y te desesperas, tienes ganas de acabar con todo pero sin embargo no lo haces
porque te jodería que se pudiera haber cumplido en un futuro ese sueño tan
deseado.
La vida puede ser
bella si sabemos vivirla y si no es así, puede ser un auténtico infierno.
Tan solo debemos
elegir bien, porque un solo fallo puede llevarnos a fracasar, tenemos que
elegir a las personas y tener cuidado con no equivocarnos porque si es así,
podemos sufrir, porque por desgracia, no todas las personas son buenas;
debemos
de elegir nuestro propio camino, qué queremos ser, qué queremos hacer, quiénes
queremos ser… respondiendo a esas preguntas podremos ser felices siempre que
elijamos lo correcto.
¿Qué hubiera sido de
mi, si no fuera como soy ahora? Solo yo y la gente que me conoce lo sabe…

ELEGIR LA VIDA
ResponderEliminarNo quise dormir sin sueños:
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
de quien no desea nada más que sobrevivir cada día.
No quise vivir en la angustia:
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.
No quise vivir cansado:
Y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prisas, compartido,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.
No quise huir:
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.
No pude olvidar mis fallos:
pero elegí perdonarme, quererme,
llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones;
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.
No quise vivir solo:
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.
Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.
Y elegí, al menos, cómo vivirla.
Elegí los sueños para decorarla,
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.
No quise vivir muriendo
y elegí la vida.
Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija,
porque moriré viviendo.
Rudyard Kipling.