domingo, 9 de febrero de 2014

El don de Miriam...

Eran la una de la madrugada cuando Miriam se despertó debido a un terrible sueño. Ella tenía el don de soñar lo que al día siguiente pasaría aunque no siempre sucedía y por eso no le agradaba mucho el dormir ya que tenía miedo de lo que pudiera soñar.

Esa noche soñó con una madre que llevaba un carrito de bebé por una cuesta. Oye su teléfono móvil, la están llamando. Cuando va a sacar el móvil de su bolsillo, en un descuido el cochecito salió disparado cuesta abajo, la madre aterrada salió a correr pero fue inútil, entonces salió un coche de una calle que arrastró al pobre bebé. 

La madre aterrada lo cogió entre sus brazos lamentándose por esa maldita llamada pero ya era demasiado tarde, no se podía hacer nada.
Al final, Miriam consiguió dormirse, al día siguiente tenía un ensayo, le gustaba mucho bailar, era su sueño. 

Cuando se despertó, fue a la cocina a desayunar. Estaba nerviosa porque hoy, era su primer día en la academia de baile y estaba ansiosa por llegar. Cuando terminó de vestirse, cogió las llaves y salió de su casa.

Pensaba en la pesadilla de anoche, en lo que soñó y rezaba porque ese sueño no se cumpliera jamás…
Cuando estaba llegando a la academia, ¡oh no! Ese camino le resulta familiar, gira la cabeza hacia la izquierda y allí está la madre con el cochecito jugando con el precioso bebé que iba dentro, feliz, contenta… Pocos segundos después sucedió lo más terrible, sabía que sucedería.
 El cochecito venía en dirección a mí a gran velocidad, yo sin embargo no me aparté, sabía que si lo hacía el bebé moriría.

Me quedé parada en frente mientras que la madre corría y corría tras él, entonces el cochecito impactó contra mí, arrojándome al suelo y dejándome inconsciente. 

Cuando desperté vi que estaba en una habitación y que al lado estaba aquella mujer con su hija entre los brazos, ¡estaba viva!

-“Muchas gracias pequeña, has salvado a mi hija”

Entonces la mujer me dio al bebé para que lo cogiera, le di un beso en la frente, no me lo creía, estaba viva gracias a mí.

¿No es algo bonito el ayudar a los demás? Esto no es tan solo una narración, deberíamos seguir el ejemplo de Miriam. Ayudar a todas esas personas que estén en peligro, que necesiten nuestra ayuda…

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